La Radio está casi en silencio. Solo se escucha al menor volumen posible una programación de emergencia que sale al aire. Ninguno tenemos ganas de hablar. El dolor es muy grande, porque si bien sabíamos de la gravedad de la enfermedad, siempre esperábamos la noticia de que el tratamiento le hacía efectos positivos.
Dani arrancaba de nuevo y renovaba esperanzas a sí mismo, hacia su familia y hacia quienes lo hemos acompañado en estos tiempos compartiendo las alegrías de sus esporádicas recuperaciones y también apoyándolo con palabras de aliento cuando la cosa no venía bien.
Fue un año de idas y venidas. Como el juego de la Oca, avanzabas dos casilleros y después retrocedías tres o regresabas dos lugares y adelantabas cuatro, que era el momento en que nos poníamos contentos por la recuperación.
Así es la vida, nacemos, vivimos y después nos despedimos; lástima que esta vez a Dani le tocó despedirse muy joven, con tan solo 58 y buena parte de su vida por delante.
Aquí lo recordaremos siempre; y es bueno recordarlo con esa alegría que a veces ponía en sus chistes al aire, en la Radio o en la cancha; más allá que algunos no eran, en el final, todo lo bueno que se esperaba, pero se lo festejábamos como si hubiese sido el mejor.
El “viejo Relator” de la Radio, hace un par de años lo habló y le dijo que le entregaba lo más preciado que tenía luego de su familia; “El Relato del Fútbol”, y Dani abrazó este oficio, que lo venía haciendo desde años atrás, comenzando a ser la voz del deporte de la Emisora.
Por el Fútbol, las broncas contra lo injusto, los chistes que siempre aportaba, la nostalgia de viejos partidos, la música del recuerdo, y por tantas cosas más, te vamos a extrañar Dani.
